Era principios de los 60 y a lo largo y ancho del Himalaya parecía que todo se derrumbaba. Los monasterios habían sido destruidos. Grandes maestros habían sido asesinados. Muchas familias fueron desplazadas. Y para colmo, Tsewang Paljor había abandonado su cargo como chagzöd de Khyentse Labrang y mucha gente probablemente pensó que el destino y la buena fortuna del linaje Khyentse había llegado a su fin.
Alguien tenía que asumir la responsabilidad. Y la única persona idónea, al parecer, fue Tashi Namgyal de la familia Drumo. La familia Drumo era una familia aristocrática del reino de Derge. Cuando Tashi Namgyal nació, un adivino predijo que el niño no viviría mucho, por lo cual su familia lo ofreció para que se convirtiera en el asistente de Dzongsar Khyentse Chökyi Lodrö. Ofrecer niños a un gran maestro por el bienestar del niño era una práctica normal en el Tíbet.
En su juventud, Tashi Namgyal no fue conocido por ser un erudito. Lo único que realmente estudió fue cómo tocar el gyaling (una trompa tibetana). No solo se le daba muy bien, sino que claramente le gustaba y siempre cuidó sus trompas meticulosamente. También fue un excelente instructor de gyaling, algunas de las melodías que enseñó todavía se siguen tocando hoy. Y sin embargo, no serías capaz de encontrar a alguien tan despistado como él. A menudo iba al mercado a comprar algo y regresaba con las manos vacías. O lo veías buscando sus hábitos por todas partes hasta que se daba cuenta de que ya los llevaba puestos.
Tashi Namgyal era notoriamente lento y tedioso. Cuando viajábamos en tren por la India, siempre había un momento de tensión en el que él desembarcaba para tomarse una rápida taza de té o agua caliente en las paradas del camino. El tren siempre silbaba tres veces antes de volver a dejar la estación. Recuerdo muchas veces escuchar el tercer silbido y verlo correr detrás del tren en movimiento con su té caliente en la mano, saltando al vagón justo en el último momento. Por suerte estos trenes indios se movían lentamente, y en los compartimentos de tercera clase donde nos sentamos no había puertas que le impidieran saltar dentro.
Puesto que era un aristócrata, Tashi Namgyal tenía innumerables primos, sobrinos y sobrinas. Los adoraba y, a su vez, ellos a él. Desprendía un olor a «tío amable» para estos jóvenes. También le encantaba ver partidos de fútbol locales en Gangtok. Lloviera o tronara, iba al estadio con una tabla de madera en su bolsa, ya que no era realmente un estadio adecuado, y necesitaba la tabla como asiento. Por supuesto, a mí nunca se me permitió salir del recinto, y mucho menos asistir a un partido de fútbol con él.
Cuando miro hacia atrás en mi infancia, hay muchas cosas por las que me puedo sentir agradecido. Obviamente tuve mucho mérito al haber encontrado el camino de Siddhartha, el dharma y muchos maestros increíbles. Pero ahora me doy cuenta de que también tuve un gran mérito cuando Chagdzöd Tsewang Paljor renunció y Tashi Namgyal se convirtió en mi chagdzöd y posteriormente en mi guardián.
Por lo general, cuando se descubre a la reencarnación de un lama, los asistentes suelen ser de mente muy estrecha y cortos de miras en cuestión al entrenamiento de los niños. A menudo, los asistentes y los chagzöds se inclinan por el sectarismo y solo presentan una tradición. Pero en mi caso, en cuanto que llegaba la noticia de una iniciación o enseñanza, ya fuera de Kyabje Dilgo Khyentse Rinpoché o del 16º Karmapa o de Su Santidad Sakya Trizin o de muchos otros maestros, Chagdzöd Tashi Namgyal se aseguraba de que yo estuviera allí a toda costa. Esto no solo era poco convencional, sino que le resultaba muy difícil organizarlo porque el labrang no tenía ni un céntimo.
Me envió de aquí para allá a pesar de la gran oposición de todo tipo de gente que lo criticaba a sus espaldas. Los nyingmapas se quejaban de que él me había llevado a las enseñanzas de sakyapas y kagyupas. Los sakyapas se quejaban de que él me había llevado a los kagyupas y nyingmapas. Su respuesta a estas quejas fue siempre una gran sonrisa. Nunca tuvo un enfrentamiento. Pero se mantuvo firme sabiendo lo que tenía que hacer. Incluso rechazó al gran maestro nyingma Chatrul Rinpoché cuando se ofreció a supervisar mis estudios. Aunque Tashi Namgyal me animó a recibir enseñanzas de Chatrul Rinpoché, no quiso entregarme por completo a una tradición.
Para Tashi Namgyal, yo debía ser lo más no sectario posible porque supuestamente era la reencarnación de Dzongsar Khyentse Chökyi Lodrö, quien, entre muchas otras razones, fue venerado por su incomparable dedicación a todos los linajes del budismo tibetano. Tashi Namgyal se comprometió a continuar con esta tradición presentándome a todos estos grandes maestros y sus enseñanzas y bendiciones.
Cuando me matriculé en la universidad sakya para estudiar filosofía budista, la universidad tenía un completo plan de estudios que requería estricta asistencia. Pero a mitad del semestre, Tashi Namgyal a menudo me sacaba de clase para asistir a enseñanzas o iniciaciones. Había quien no veía eso con buenos ojos. Luego, en mi último año en la universidad, Tashi Namgyal insistió en que me fuera justo antes de que acabara el año, lo que significó que me perdí el examen y, por lo tanto, nunca me gradué. Su decisión en ese momento me molestó porque significaba que no tendría diploma. La respuesta de Tashi Namgyal fue que no hay diploma más valioso que el título de Jamyang Khyentse.
Aunque en ese momento no me gustó escucharlo, debió dejarme huella porque unos años después, cuando no pude terminar mi máster en SOAS [la Escuela de Estudios Orientales y Africanos] en la Universidad de Londres, realmente no me molestó. Debió ser por la influencia de Tashi Namgyal.
Con esta lealtad a la tradición Rimé, a pesar de que no era un gran erudito, Tashi Namgyal eclipsó a los supuestos eruditos que en realidad eran bastante estrechos de mente y sectarios. Fue un mérito para mí que mi educación fuese guiada por él. No puedo compensarle lo suficiente por su bondad.
Si hago mención a mi mérito en este contexto, también debo mencionar a mi familia. Mi familia era tajantemente nyingmapa. Mi abuelo, Kyabje Dudjom Rinpoché, y mi padre Dungse Thinley Norbu Rinpoché, ambos tenían posiciones influyentes dentro de la tradición nyingmapa. Podrían haber influido en Khyentse Labrang fácilmente y exigido que no me llevaran a todas estas enseñanzas de kagyupas y sakyapas, pero mi familia nunca se entrometió. Cuando veo algunas de las actuales reencarnaciones con familias y labrangs que controlan su educación y crianza, me hace apreciar la generosidad y la confianza de mi familia.
Tashi Namgyal, al ser un aristócrata khampa, valoraba el honor familiar. Podrías interpretar esto como lealtad o podrías interpretarlo como nepotismo. Su hermana dio a luz a Shamar Rinpoché. Muchos años después, Shamar Rinpoché estuvo involucrado en la disputa sobre la entronización de la reencarnación del 17º Karmapa. Shamar Rinpoché respaldó un Karmapa y Situ Rinpoché respaldó otro diferente. Como tío, Tashi Namgyal estaba firmemente del lado de Shamar Rinpoché. Pero en su favor diría que, ni una sola vez, ni por un minuto, trató de influir en mí para que me pusiera de su lado. Por el contrario, me recordó que geográficamente el Monasterio de Dzongsar estaba cerca del Monasterio de Palpung en Derge, y también lo estaban las reencarnaciones anteriores de Situ y Khyentse, y que esto debía recordarse.
Si tengo algún tipo de aprecio y veneración por las diferentes escuelas, no solo las diferentes escuelas del budismo tibetano, sino por otras tradiciones budistas como el Zen y el Theravada, debo decir que Tashi Namgyal jugó un papel en que así fuera. Tashi Namgyal murió en Bir el 8 de agosto de 2007. Lo recordaré como uno de los seres humanos más amables y dulces que he conocido.
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