EPISODIO CINCO: Lepo el Idiota

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No sé cómo me llamaré en mi próxima vida. En realidad no sé si volveré a nacer en un mundo donde exista tal cosa como un nombre. ¿Los escarabajos tienen nombres? Probablemente mi nombre actual, Dzongsar Jamyang Khyentse, le será dado al hijo de un ser humano ambicioso e influyente o un pariente manipulador. Y yo moriré en el té del niño que reciba ese nombre.

Cuando era joven, mi apodo era «Lepo», que significa idiota. En Bután, a la mayoría de la gente no le importa que lo llamen idiota, gordinflón, bola de arroz, monje que dejó los hábitos o sartén. De hecho, cuando Bután finalmente tuvo que doblegarse y adaptarse a los fenómenos globales de la realización de censos y de documentos de identidad, mucha gente terminó poniendo su apodo en el pasaporte. Así que ahora tengo un khenpo en mi monasterio cuyo pasaporte dice «Yongba», que es otra forma de decir idiota. Los apellidos rara vez existen en tibetano y butanés, y mucho menos los apellidos de soltera.

Todos los monjes reciben un nombre bonito durante la ceremonia de ordenación o refugio, que rara vez se usa. Al principio, cuando estaba intentando construir mi propia escuela monástica [shedra] en Bir, tenía un puñado de monjes trabajando allí. Cada vez que nos dirigíamos a los monjes por sus nombres de Dharma, como “Poseedor de la Lámpara» o «Bandera de la Victoria», nadie respondía. La única forma de llamarles la atención era decir: «¡Helicóptero!» o «¡Saco de Sal!» y venían enseguida.

Luego hay otra colección de nombres que la gente ni siquiera sabe que tiene. Los monjes de la shedra apodan a sus lopons y khenpos con todo tipo de nombres inventados a sus espaldas. Por ejemplo, el abad de Dzongsar Shedra, Khenpo Kunga Wangchuk, era un gran practicante tranquilo y muy dedicado al Dharma, pero algunos de los monjes se referían a él en secreto como «Gabbar Singh», que era un villano sádico en una película de Bollywood de los años setenta, supongo porque le tenían miedo.

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Todas mis hermanas y hermanos tenían apodos. A mi hermana mayor Kelsang Choden la llamábamos «Lemmo», que significa mujer idiota, pero no era un insulto porque ella siempre ha sido muy inteligente y refinada. Asistió a la Escuela de Santa Elena, una escuela cristiana en Karshiang, Bengala Occidental, y nosotros, los niños más pequeños, siempre esperábamos ansiosamente su regreso durante las vacaciones porque nos leía estos libros pequeños en inglés. Mi introducción a Caperucita Roja fue a través de ella. Las historias y dibujos de occidente eran muy potentes. Podía escuchar Caperucita Roja una y otra vez y nunca aburrirme, luego me quedaba despierto por la noche, con miedo al lobo.

A mi hermana menor, Yeshe Pelzom, la llamábamos «Baktangmo», que significa algo así como «la gorda» porque estaba un poco rellenita cuando era joven. La imagen de la rolliza y obstinada Yeshe Pelzom con su chuba púrpura oscuro está completamente grabada en mi mente hasta el día de hoy. Durante el poco tiempo que pasé en casa con mi familia, me sentí muy protector de ella. Por supuesto, ahora no está para nada rellena, pero sigue siendo un poco terca; la terquedad es una característica de los hijos de Thinley Norbu, a quien sus iguales conocían como la personificación de la terquedad.

A mi hermano menor Garab Dorji le llamábamos «Meme Garab», que significa viejo Garab. Realmente no me acuerdo de por qué se le apodó así. A mi hermano menor, Jampal Dorji, le llamábamos «Gangongla», que significa el guijarro. La imagen de él babeando cuando hablaba de niño y todavía babeando hoy en día nunca se irá de mi cabeza. A la más joven de mis hermanas, Pema Chökyi, la llamábamos «Niyamo», que significa ratón. Y finalmente al más joven de mis hermanos, Ugyen Namgay, le llamábamos «Taila», que significa frijoles. Desafortunadamente, casi no me acuerdo de ninguno de estos dos más jóvenes porque para cuando llegaron al mundo, ya hacía tiempo que me había ido de casa.

Comúnmente y algunas veces oficialmente, me llaman Dzongsar Jamyang Khyentse, pero es un nombre algo general, no es personal para mí. Dzongsar es un lugar, como Nashville, y Jamyang Khyentse era el nombre de Jamyang Khyentse Wangpo. Más tarde, cuando se reencarnó, el nombre pasó a todas sus reencarnaciones y, dado que yo soy una de ellas, tengo este nombre.

Cuando mis padres me llevaron de bebé a ver al padre de mi padre, Dudjom Rinpoché, me dio el nombre de Khyentse Norbu, que es el único nombre que mi padre usó para llamarme. Creo que Dudjom Rinpoché estaba tratando de dar a todos sus descendientes el nombre de Norbu: Thinley Norbu, Shenphen Norbu, Pende Norbu y luego a mí. Pero mientras crecía con mis abuelos en el este de Bután, algunas personas me llamaban «Lama Daza», que significa pequeño lama. Y otros me llamaron Dungse Rinpoché, que es como uno llama al titular del linaje familiar, como mi padre, Dungse Thinley Norbu Rinpoché, es decir, hijo de Dudjom Rinpoché.

Luego, cuando fui entronizado en Sikkim, Sakya Trizin envió una tela roja con «Jamyang Thubthen Chökyi Gyatso» pintado sobre un disco de sol, luna y loto soportado por dos leones. El 16° Karmapa también me concedió un nombre: Tsangpa Lhayi Metok, que significa «flor del cielo». Más tarde, fui al Dalai Lama para recibir su bendición, como es costumbre, y él me dio el nombre de Shenpen Chökyi Nangwa, que significa «proyección del Dharma que beneficia a los demás». Pero la mayoría de las veces, mis tutores y otros lamas se referían a mí como Yangsi Rinpoché, que significa «el reencarnado». Algunos de los antiguos lamas como Orgyen Tobgyal Rinpoché, todavía me llaman Yangsi. Cuando de niño recibía enseñanzas de Kyabje Dilgo Khyentse Rinpoché, me enteré de que los otros jóvenes tulkus a veces me llamaban «Trimthar», que significa «por encima de la ley» porque Kyabje Dilgo Khyentse Rinpoché nunca solía regañarme, ni siquiera levantaba la voz, nunca una palabra dura, ni siquiera una señal de desaprobación, me metiera en el problema que me metiera. Creo que existe la percepción de que nadie más que yo podía salirse con la suya. Más tarde, cuando trabajé en el plató del Pequeño Buda con Bernardo Bertolucci, el equipo técnico italiano tuvo dificultades para pronunciar mi nombre, así que decidieron llamarme «Piccolo Padre», que creo que significa «pequeño padre». Y por culpa de algunos traviesos singapurenses y malayos, algunas personas ahora me llaman «Jefe» a mis espaldas.

Imagínate las dificultades que tuve cuando llegó el momento de empezar a viajar por el mundo y finalmente tuve que hacer la solicitud de un fenómeno llamado pasaporte.

 

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Publicado el

agosto 7, 2016