EPISODIO NUEVE: Gurú Shishya Parampara

Si el Buda de los Shakya aún estuviera vivo hoy, probablemente no estaría muy impresionado con que nosotros, sus seguidores, nos hayamos dividido vigorosamente en clubs, lo que ha llevado al sectarismo y los conflictos. En el país donde nací, me pregunto si la gente incluso considera lo que enseñan los budistas tailandeses como auténtico Budadharma. Desde luego, consideran que el budismo tailandés es un budismo inferior, mientras que su budismo es el más elevado. En el país donde nací, no creo que la gente sepa que China tiene el segundo linaje más largo de budismo, después de India. China ha sido un recipiente y un patrón del budismo durante siglos, pero en el país donde nací, China es sinónimo de Mao Tse-tung.

Nací en ese país en un fuerte club. Mi padre viene del club Nyingmapa y mi madre proviene del club Kagyupa. Pero da la casualidad de que el karma tenía otra cosa reservada para mí. Hace mucho que tengo la sensación de que soy súbdito de los Khon, que es otro club, la familia de los Sakyas.

Algunos podrían llegar a pensar que tengo esta afinidad con los Sakyas porque supuestamente soy uno de los tulkus del monasterio de Dzongsar, que con el tiempo se convirtió en un monasterio Sakya. Pero no lo es. Se debe a esta raza de Khon. Simplemente me gusta la palabra «Khon». Es muy atractiva para mí, entre otras razones porque tiene la connotación de «rencor». Se dice que la familia Khon emergió del campo de batalla después de una guerra entre los seres celestiales y los demonios rakshasas. El tutor que me acompañó en mi primera visita a la familia Khon hablaba maravillas de ellos, diciendo que eran seres celestiales que se habían descarriado. Algunos miembros de la familia Khon, cuando duermen, nunca cierran los ojos, lo cual es un residuo de este pedigrí celestial.

Los Khons tienen otras características distintivas: el color de su piel, su peculiar postura, la forma en que llevan pendientes y se peinan con la raya al medio, a veces trenzándose el pelo con hilos de colores y enroscándoselo en la coronilla. Es todo muy tradicional. Dudo que haya cambiado una pizca la forma en que esta raza se ha comportado y expresado desde la época del Rey Trisong Deutsen.

Mi primer recuerdo del 41º Kyabje Sakya Trizin fue en Dehradun cuando yo tenía unos nueve o diez años y él debía tener unos veintitantos. Kyabje Sakya Trizin, como mencioné en un episodio anterior, fue quien me reconoció como tulku. Más tarde estudié en la Universidad Sakya, que él estableció en 1972, y he tenido la suerte de recibir muchas iniciaciones tántricas de él. La primera vez que nos vimos, Kyabje Sakya Trizin estaba sentado en el templo tenuemente iluminado del Centro Sakya (que en realidad era solo una carpa de lona), el único ser vestido de blanco entre todos esos hábitos granates. No pude distinguir si esa figura en el trono era hombre o mujer. Tuve una aceptación pura e inocente de que él podía ser ambos. Ojalá pudiera tener todavía esa inocencia. Por desgracia, he superado mi niñez y solo puedo percibirlo como un hombre, aunque aspiro a verlo más allá de eso. Se sentó en el trono y dio iniciaciones y me quedé hipnotizado por la forma tan inconfundible con que hacía sonar al dámaru con una ligera rotación. Más tarde intenté imitar su manera elegante.

Mi fascinación y admiración por el estilo Khon y todo el fenómeno ngakpa [1] no ha disminuido. Al haber nacido en una familia yogui, ver a un yogui no era nada nuevo para mí. Pero la presencia impoluta, inmaculada, majestuosa y elegante de Kyabje Sakya Trizin, y también del 11º Minling Trichen, sobresalía a la de todos los demás yoguis con los que había crecido. Esto podría deberse a que Sakya Trizin y Minling Trichen son dos de los últimos yoguis ngakpas que quedan, cuyo ADN se remonta a la época de Gurú Rinpoché. Cuando leo las historias de Gurú Rinpoché y el Rey Trisong Deutsen con su séquito de yoguis y los imagino en el Monasterio de Samye, puedo usar a Sakya Trizin y Minling Trichen como referencia. Entonces no tengo ningún problema en visualizar cómo debía haber sido esa gente.

Kyabje Sakya Trizin no solo es un gran maestro, sino también un anfitrión amable y cordial que siempre crea una sensación de hogar. Cuando era joven, pasé mucho tiempo en casa de Kyabje Sakya Trizin. Insistía en que almorzáramos y cenáramos juntos y se sentaba en una silla, o a veces en un pequeño trono, con el resto de la familia sentada a su alrededor. Los asistentes traían la comida uno por uno. Algunos de sus asistentes procedían de Tsang y tenían un aire de elegancia. Eran corteses, educados y sutiles, y muy observadores, como los mayordomos de una familia real. Tenía uno de los mejores cocineros, cuyas especialidades eran los momos esponjosos y el pan de Amdo. Traté de aprender de este hombre, y gracias a él conocí el fenómeno de la levadura en polvo.

Tuve el mérito de conocer a la tía de Kyabje Sakya Trizin, la cual me hizo sentirme integrado. Entre mis prácticas diarias tengo muchas oraciones Nyingmapas, y cada vez que pasaba tiempo con los Sakyapas, me sentía incómodo. Pero cuando escuché a su tía hacer oraciones Nyingmapas similares a pesar de que era una Khon, una Sakya, me sentí mejor. Ella me dio una sensación de confirmación y aliento, y sus oraciones demostraron que las antiguas generaciones no estaban tan influenciadas por los clubs.

Uno de mis mejores recuerdos de Kyabje Sakya Trizin es cuando se dio un paseo conmigo y otros asistentes por la calle principal de Dehradun, Astley Hall, y se pidió un té en un puesto de té. Aparentemente parecía tan normal. Él siempre tuvo curiosidad por conocer todo tipo de cosas. Incluso hoy, cuando hablamos, la conversación incluye de todo, él es muy curioso. De los muchos grandes maestros que he conocido, como el 16º Karmapa y Dudjom Rinpoché, Kyabje Sakya Trizin es uno de los pocos que se mantiene al día, leyendo periódicos y revistas. Recuerdo que hace mucho tiempo, le enviaban la revista Newsweek a su casa todas las semanas, cuando el concepto de suscripción era prácticamente inaudito.

A pesar de la curiosidad que tiene por lo mundano, también tiene una cualidad sobrenatural. Vivimos en una época en la que se aprecian el pensamiento racional y la lógica, pero ¿no estamos simplemente fingiendo que queremos que las cosas sean tan lógicas? Porque cuando sucede algo mágico, hay una parte de nosotros que se alegra.

La lógica no es necesariamente la forma natural de ser; tenemos que aprender a ser escépticos sobre la magia. Sin embargo, estamos orgullosos de ser escépticos. Debido a ese escepticismo, nuestras mentes racionales estrechas no pueden concebir la magia y el poder de las bendiciones. Para aquellos que son lo suficientemente afortunados como para intentar trascender las limitaciones racionales, Kyabje Sakya Trizin encarna esa magia y esas bendiciones. Su presencia es de suma importancia por eso. Si eres demasiado lógico, te quedas atrapado en una zona dando vueltas y vueltas como un gato con un trozo de carne atada a su cola. La razón es una correa que te mantiene en esa zona, sin poder escapar.

Conocí a Kyabje Sakya Trizin cuando era joven y aún no estaba casado, e incluso entonces no había duda de que era especial. Había mucha esperanza puesta en él al hacerse cargo del linaje, y la expectativa de que tuviera hijos. Conocí a su futura esposa, Dangmo Gyalung Chenmo, antes de que se conocieran y se casaran. Ella es de la familia Hochotsang, la hija de un médico aristocrático muy respetado, considerado uno de los mejores en Derge. Hocho Anjam también era un gran calígrafo. Él, como toda la familia Hochotsang, era devoto de Khyentse Chökyi Lodrö, y creo que la razón por la que decidió vivir en el exilio en Sikkim fue porque Khyentse Chökyi Lodrö se había trasladado a Gangtok.

Gyalung Chenmo venía a menudo al Khyentse Labrang de Gangtok, donde yo vivía, para tostar cebada y hacer otras tareas. La tratamos como a cualquier otra persona común. Pasaron los años y se convirtió en la consorte de Kyabje Sakya Trizin y, finalmente, llegó Ratna Vajra Rinpoché, luego llegó Gyana Vajra, y ahora ambos tienen sus propios hijos, los nietos de Kyabje Sakya Trizin.

Kyabje Sakya Trizin con su hermana, Jetsun Kushokla, sus dos hijos, Su Santidad el 42º Sakya Trizin Ratna Vajra Rinpoché y Dungse Gyana Vajra Rinpoché, y su nieta Jetsunma.

Recientemente hizo algo muy revolucionario y visionario al abdicar el trono de Sakya a la siguiente generación, a su hijo y uno de los herederos del linaje Sakya, Ratna Vajra Rinpoché, el 42º Sakya Trizin.

Cuando pienso en mi vida como ser humano, después de haber vivido medio siglo en una época sin equivalente: cuando hay más de 1.800 armas nucleares en alerta máxima, cuando el hielo del Ártico se está derritiendo y un sinnúmero de personas pasan hambre y son innumerables los que están luchando, y cuando pienso que he compartido este tiempo en la tierra con seres como Kyabje Sakya Trizin, no solo uno o dos ratitos, sino conociéndolo a través de varias etapas de su vida, me considero muy afortunado.

[1] Un practicante laico, un yogui.

Habilidades

Publicado el

mayo 11, 2017

1 Comentario

  1. Silvia

    Muy querida Rinpoche encuentro tu mangera de relatar y llevarnos dentro de tu vida muy pero muy inspirante!!!
    !al encontrar maestros como K Sakya T. Que encarna uno de los Aspectos mágico de la sabiduría
    Mi vida se llena de sentido al leerte con gratitud sincera
    Sílvia 🦋🧚🏼‍♀️

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