Probablemente el fenómeno espiritual más materialista en la tradición budista tibetana es este ente llamado labrang. La palabra labrang está formada por, «la», que forma parte de la palabra «lama» y «brang«, que significa algo así como «nido» y básicamente significa la vivienda o el hogar de un lama.
En los días posteriores a la iluminación de Buda, se comentaba que él y sus discípulos estaban viviendo en cuevas en el bosque. Poco a poco, reyes y comerciantes empezaron a ofrecer sus huertos y jardines al Buda y la sangha. Todavía puedes ir a visitar estos humildes lugares, como Jetavana o Nyagrodha, donde Buda enseñó, meditó y vivió. Incluso durante la época dorada del florecimiento del budismo en la India, no hubo mucha opulencia. Universidades, tales como Vikramalashila y Nalanda, se convirtieron en prósperas instituciones educativas y se establecieron grandes monasterios, pero no se pueden comparar con la grandeza de los labrangs tibetanos en su apogeo.
Las enseñanzas del Buda se transfirieron de la India al Tíbet y fueron rápidamente aceptadas y valoradas. A diferencia de la India, donde había innumerables religiones y tradiciones espirituales, el budismo era uno de los pocos caminos espirituales disponibles en el Tíbet. A consecuencia, los maestros budistas responsables de enseñar el preciado Dharma ganaron influencia. A medida que los lamas se ganaron el respeto como maestros, algunos también se hicieron influyentes en el ámbito secular. No era raro que los lamas terminaran resolviendo problemas mundanos, como asuntos extramatrimoniales y disputas territoriales, que los jueces, tribunales o reyes no podían resolver. Sus hogares, los labrangs, llegaron a ser vistos como la sede ejecutiva de la zona, impactando las vidas de las personas así como la función de los monasterios. Eventualmente, discípulos de China y Mongolia se convirtieron en patrocinadores de los lamas tibetanos y con esta afluencia de recursos, los lamas tibetanos comenzaron a asumir cargos más políticos y los labrangs se volvieron aún más poderosos.
Incluso un labrang mediano incluía al menos algunos miembros clave con títulos ilustres. El zimpon era como un chambelán, a cargo de las habitaciones privadas del lama. El solpon se hacía cargo de la despensa y la comida. El chöpon era el maestro del templo. Pero era el chagdzöd, una especie de jefe de personal o tesorero, quien ocupaba el rango más alto. El chagdzöd tenía una gran influencia en los asuntos del día a día del labrang y generalmente tenía autoridad sobre el territorio y el patrimonio, los cuales podían ser considerables. El patrimonio a menudo incluía objetos religiosos como estatuas y reliquias, así como cientos o incluso miles de cabezas de yak u otro ganado. Algunos lamas eran como los terratenientes del medievo, con innumerables hogares bajo su jurisdicción.
Lo más importante es que si el lama moría, la responsabilidad de continuar el linaje, la reencarnación del lama y la sucesiva educación de la reencarnación, generalmente recaían en el chagdzöd. Hay muchas y variadas historias sobre chagdzöds, algunos que continuaron con la visión del maestro, otros que se corrompieron y arruinaron el linaje, y algunos otros que hicieron una mezcla de las dos cosas o ninguna.
Conviene señalar que la mayoría de los yoguis no tenían ninguna de esta riqueza o parafernalia mundana y aún así eran influyentes, como Milarepa, que apenas tenía ni para comer. El gran Patrul Rinpoché deambulaba feliz con los nómadas y nunca necesitó pilares ni vigas ni un techo sólido sobre su cabeza. Asimismo, Jamyang Khyentse Wangpo tampoco era un lama de alto rango en el sentido de tener un rango político o secular. Es importante que se comprenda esto ahora porque, por si sirve de algo, puede que en el futuro surjan nuevos tulkus Khyentse y, si alguna vez afirman haber heredado algún tipo de rango, estarán mintiendo descaradamente. El rango es algo que Jamyang Khyentse Wangpo evitó de todo corazón. No es de extrañar que el gran mahasandhi y maestro del mahamudra Lama Gangshar dijera que la invasión china comunista fue en realidad un gran servicio al Dharma.
Sin embargo, ya que Jamyang Khyentse Wangpo era muy respetado por sus logros espirituales, tenía muchos discípulos y, por supuesto, entre ellos había algunos con influencia secular y política. A partir de estas condiciones, inevitablemente, surgió el Khyentse Labrang. Era una pequeñez en comparación con muchos de los poderosos e influyentes labrangs de esa época.
El chagdzöd de Khyentse Labrang durante la época de Dzongsar Khyentse Chökyi Lodrö fue su propio sobrino, Tsewang Paljor. A principios de los 50 en el Tíbet, los labrangs tenían que comprar muchas cosas al por mayor como grandes cantidades de té y otras raciones, generalmente importadas de Chengdu o Xining y, por lo tanto, proporcionaban buenos negocios a los comerciantes. Khyentse Labrang no era diferente. Tsewang Paljor enviaba con frecuencia caballos, mulas y yaks desde Derge a buscar la mercadería. No era un viaje seguro. Los ladrones y bandidos son legendarios en el folclore de esa época. A los khampas les encantaba contar historias de su valor en la batalla y estaban orgullosos de sus relatos de luchas con espadas y dagas.
Dio la casualidad que una vez, la caravana de mensajeros de Khyentse Labrang fue asaltada de camino a Chengdu por una tribu llamada Nyagrong y muchos murieron. Tsewang Paljor, muy afectado por este incidente, llevó a la tribu a juicio. La corte china estaba en un lugar llamado Kanding (Dartso) en Sichuan. El juez chino pidió una lista de todo lo que había sido robado y por algún motivo, en la lista proporcionada por el propio labrang, había entre todas las cosas, una cantidad de opio. Por supuesto, eso se convirtió en un problema mayor con el que Tsewang Paljor tuvo que lidiar, por lo que pasó bastante tiempo en Kanding.
Kanding está en la prefectura de Garze, cerca de una ciudad llamada Trehor. Tsewang Paljor fue bienvenido en Trehor debido a su título y su relación con Khyentse Chökyi Lodrö y se hizo amigo de una familia prominente, los Lhakars. Aquí es donde conoció a su futura esposa Tselu (Tsering Wangmo), que era bastante popular y tenía muchos novios. Se convirtió en la madre de Sogyal Rinpoché. Esta conexión luego llevó a Khyentse Chökyi Lodrö a casarse con la hermana menor de Tselu, Khandro Tsering Chödron. A través de estos matrimonios, Tsewang Paljor fortaleció sus lazos familiares con Khyentse Chökyi Lodrö.
Mucha gente, incluidos grandes maestros, estaban dedicados de todo corazón y espiritualmente a Dzongsar Khyentse Chökyi Lodrö y, por lo tanto, se tomaban en serio a Tsewang Paljor. Algunos incluso le tenían miedo. Tsewang Paljor no tuvo reparos en ejercer esa influencia. Incluso he oído que cada vez que Chagdzöd Tsewang Paljor iba a visitar al gran Kyabje Dilgo Khyentse Rinpoché, Rinpoché, por reverencia a Dzongsar Khyentse Chökyi Lodrö, se levantaba para saludarlo y mostraba un profundo nivel de cortesía. Incluso hay relatos de cómo Tsewang Paljor solía regañar a Neten Chokling Rinpoché.
Después de 1959, uno de los cambios mentales más drásticos para los tibetanos en tiempos modernos fue que, todos los monasterios, universidades, bibliotecas y los grandes labrangs quedaron reducidos a polvo. Obviamente, un labrang tan pequeño como Khyentse Labrang también fue destruido. No hubo más caballos, ni sacos de cebada, ni yaks, ni lacayos, y los tesoros dispersados. Tsewang Paljor ayudó a trasladar Khyentse Labrang a Tsuklakhang, el monasterio del palacio en Sikkim. Ahí tuvieron problemas. Al paso de unos años, Dzongsar Khyentse Chökyi Lodrö murió y Tsewang Paljor se quedó a cargo.
Unos años después, fui identificado por el 41º Sakya Trizin Rinpoché como la reencarnación de Dzongsar Khyentse Chökyi Lodrö. Fue Tsewang Paljor quien viajó al este de Bután para hacer el trato con mi familia en Yongla [ver el episodio uno] y, posteriormente, Tsewang Paljor organizó mi entronización en Tsuklakhang.
La misma noche de la entronización, Khyentse Labrang fue sacudido por una noticia sorpresa: Chagdzöd Tsewang Paljor decidió dejar su puesto como chagdzöd. Solo años después entendí el gran impacto que esto tuvo para muchos de los discípulos de Dzongsar Khyentse Chökyi Lodrö. En esos días, el efecto de la revolución cultural todavía se sentía, la gente aún estaba en transición y había mucha inestabilidad. Los refugiados seguían saliendo del Tíbet. No me sorprende que algunas personas pensaran que no era el momento adecuado para que abandonara a Khyentse Labrang.
Tengo un nítido recuerdo del último día de Tsewang Paljor como chagdzöd. Me invitaron a una especie de gran reunión en el kudung, la estupa de Dzongsar Khyentse Chökyi Lodrö, y yo estaba sentado cerca de Khandro Tsering Chödron. Tsewang Paljor estaba allí junto con algunos discípulos de Chökyi Lodrö, incluidos Ajam de Hochotsang, Phuma Rinam y Lama Chögden. Nunca olvidaré el constante flujo de lágrimas de Khandro Tsering Chödron. Yo era un niño y no entendía del todo lo que estaba pasando, pero podía sentir que la atmósfera estaba tensa. Supongo que Khandro estaba especialmente triste por la marcha prematura de Tsewang Paljor ya que al fin y al cabo era su cuñado.
Se habían colocado unos cuantos objetos preciosos en una mesa cerca de nosotros, incluida una completa piel de tigre, un tambor y algunos artículos más, que Tsewang Paljor proclamó eran todo el patrimonio de Khyentse Labrang. No lo recuerdo claramente, pero he oído que ese día Tsewang Paljor estaba un poco borracho y taciturno, quejándose de cómo había servido a Khyentse todo este tiempo y nadie lo apreciaba. Se arrodilló frente al kudung y juró que renunciaba a su puesto para siempre, lo cual fue un acontecimiento importante.
Más tarde ese mismo día, algunos miembros del personal informaron de todo esto a Kyabje Dilgo Khyentse Rinpoché, que estaba allí para mi entronización. Solo muchos años después, descubrí que durante esta reunión, algunos miembros del personal especularon que Tsewang Paljor puede que no hubiese entregado todos los tesoros que pertenecían al labrang. La respuesta de Kyabje Dilgo Khyentse Rinpoché fue: Mientras la reencarnación de Khyentse esté en posesión de la estatua de Gurú Rinpoché, el kutsap, todo lo demás, el oro y la plata y demás, son tan inútiles como las cenizas.
Ahora los tiempos han cambiado. No preveo que estas organizaciones con chogzöds y sopons duren mucho más. Aunque algunos se aferran a este sistema, se verán obligados a cambiar. Aunque estas organizaciones tengan una buena administración, responsabilidad y transparencia, por lo general no son de la clase que son aceptadas por la sociedad moderna. Si un lama tiene alguna posibilidad de que le respeten y acepten, necesita sistemas y prácticas de buen gobierno, responsabilidad y transparencia.